El conocimiento actual de las propiedades básicas de los sistemas condensados todavía descansa fuertemente en la existencia en
tales entidades de orden de largo alcance (condiciones de contorno periódicas) que permitan una descripción de la estructura
ionica y electrónica en términos de ecuaciones de onda relativamente simples. El rango de validez de tales aproximaciones está,
sin embargo, limitado a un subconjunto pequeño de materiales de interés ya sea por su naturaleza ya sea por sus aplicaciones
tecnológicas. Este desajuste está particularmente ejemplificado en las investigaciones actuales en donde dimensiones reducidas
(esto es, materiales nano-estructurados) o cantidades significativas de desorden (por ejemplo, materiales con magnetoresistencia
colosal) impiden una descripción adecuada de los nuevos materiales en términos de entidades con orden de largo alcance
(cristales perfectos).
Una descripción atomística conveniente de tales sistemas se plantea en términos de una jerarquía de funciones de correlación
espacio-temporales. Tales herramientas fueron desarrolladas para el mejor entendimiento de sistemas desordenados tales como los
líquidos y los vidrios y se corresponden con observables experimentales que pueden ser medidos mediante técnicas de dispersión
de radiación. La dispersión de neutrones ha sido y todavía es la técnica por excelencia para un verdadero entendimiento cuantitativo
de tales propiedades espacio-temporales. Su particular status se debe principalmente al amplio rango de frecuencias (energías
desde las décimas de micro-voltioelectron hasta centenas de voltioelectones) y de escalas espaciales (desde las centésimas de
Angstrom hasta las centenas de nanómetros) que esta técnica puede explorar.
Líneas de investigación: