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Salvador Montero Martín

Salvador Montero Martín
Salvador Montero Martín (1943-2022)

“In Memoriam”
Salvador Montero Martín

El profesor Salvador Montero Martín se licenció en Ciencias Físicas en la Universidad Complutense de Madrid en 1967, doctorándose en esta misma universidad y especialidad en 1972. Su Tesis Doctoral, codirigida por Jesús Morcillo y José Manuel Orza, consistió en la construcción del primer espectrómetro Raman con excitación láser que funcionó en España. Ese mismo año se incorporó como Colaborador Científico al Instituto Rocasolano del CSIC, pasando en 1976 al recién creado Instituto de Estructura de la Materia como miembro fundador y primer secretario, donde llegaría a Profesor de Investigación en 1985. En 1996 le fue concedido el Premio Nacional de Investigación en Física “Cátedra Miguel A. Catalán”.

Salvador Montero Martín

Entre 1983 y 1990 hizo un largo paréntesis en la actividad investigadora para dedicarse a la gestión científica, primero como Coordinador de Física y Matemáticas de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica, y posteriormente como Subdirector General de Promoción de la Investigación del MEC, etapa en que puso en marcha y gestionó el Programa de Promoción General del Conocimiento del primer Plan Nacional de Investigación Científica y Técnica, del que son herederos los programas equivalentes de la actual Agencia Estatal de Investigación. Posteriormente fue miembro de diversos comités asesores y evaluadores, tanto nacionales (CSIC, CNEAI, RyC), como internacionales (ESRF, ILL, LENS).

Su área de investigación original fue la Física Molecular, que evolucionó hacia su conexión con la Mecánica de Fluidos, siempre bajo el hilo conductor de la Espectroscopía Raman, de la que fue pionero en España. Contribuyó de forma sustancial a hacer de ella una potente herramienta cuantitativa con aplicación en campos muy diversos, gracias a la utilización de la información contenida en las intensidades espectrales, innovación que contrasta con el uso convencional de las frecuencias. Para ello combinó desarrollos instrumentales, métodos experimentales, y desarrollos teóricos, buscando en su convergencia la solución de diversos problemas físicos. Dejó sobrada constancia de ello en los más de cien artículos que publicó.

Desde muy temprano desarrolló métodos originales, como la formulación de las intensidades Raman moleculares en términos de las polarizabilidades de enlace, sumamente compacta y potente desde el punto de vista computacional. Este trabajo dio lugar a un corpus de referencia sobre polarizabilidades moleculares de los hidrocarburos fundamentales y otras moléculas pequeñas, que ha sido ampliamente empleado por autores posteriores en aplicaciones de lo más variado. Otros trabajos de esa época inicial estuvieron dedicados al primer análisis cuantitativo completo del espectro Raman de un monocristal, a anomalías espectrales como las resonancias de Fermi, o al efecto túnel en los movimientos moleculares de torsión.

En 1992 fundó el Laboratorio de Fluidodinámica Molecular (LFdM), dedicado inicialmente al estudio experimental de los gases en régimen supersónico a muy bajas temperaturas, del orden de 10 K, o menos. Hoy es centro de referencia internacional por la instrumentación, métodos, y aplicaciones desarrolladas en él.

Los resultados obtenidos al frente del LFdM han sido muy variados, desde la cartografía térmica de los jets supersónicos y de sus ondas de choque, a los datos exhaustivos del espectro Raman de la molécula de agua, empleados en los radares ópticos (LIDAR) de alta precisión para la detección del agua atmosférica. Un logro relevante fue el desarrollo de un método experimental para el estudio detallado de las colisiones inelásticas en gases moleculares subenfriados, de gran importancia en astrofísica y en tecnología aeroespacial. Otros resultados destacados fueron la observación y cinética de la condensación criogénica del para-hidrógeno, desde los agregados más pequeños como el dímero y el trímero, hasta la cristalización de microchorros líquidos subenfriados, en un intento por detectar la predicha superfluidez molecular.

Pero si hubiera que resumir en un párrafo su contribución científica más relevante, esta sería el haber puesto a punto una metodología experimental y teórica para el estudio de los gases enrarecidos en régimen supersónico, un estado mal conocido en el que la materia está en condiciones muy alejadas del equilibrio termodinámico, y donde algunos conceptos convencionales no son aplicables. En este empeño logró en buena medida la conexión natural entre el comportamiento macroscópico de los flujos de gases en la Mecánica de Fluidos y su interpretación Mecano-Cuántica en términos de moléculas y colisiones entre ellas, es decir, entre las ecuaciones de Boltzmann y de Schrödinger.

A lo largo de su carrera realizó estancias en diversos centros de investigación en Alemania, Inglaterra, Italia, Canadá y EEUU, destacando los años sabáticos en la Oregon State University, (1990-91), que le inspiró la idea de combinar la Espectroscopía Raman con los jets supersónicos, y en el Max Planck Institut für Strömungsforschung, Alemania (1997-98), fruto del premio Miguel Catalán. Como docente impartió asignaturas de licenciatura y doctorado, y organizó diversas escuelas de espectroscopía Raman (Jaca, Perugia, Sofia). Su gran capacidad didáctica quedó también demostrada en las numerosas conferencias y cursos que impartió en congresos y universidades de diversos países, destacando la Conferencia Inaugural (Lloyd Thomas Lecture) del 26th International Symposium on Rarefied Gas Dynamics, Kyoto, Japon, 2008. Además de numerosos proyectos de investigación, dirigió nueve tesis doctorales, y deja una décima encaminada.

Era un trabajador minucioso y perseverante, capaz de analizar una y otra vez los datos para encontrar el modelo que los explica o la relación que los ajusta. Con frecuencia venía con ideas de experimentos nuevos, contagiando su entusiasmo al interlocutor, con su visión amplia y crítica de la Física. Y sabía explicar con claridad a los estudiantes los conceptos implicados en los experimentos, o las ideas nuevas para su interpretación.

Salvador Montero Martín

Aparte de su pasión por la Física, a la que consagró su vida, contaba con múltiples inquietudes como la música (practicaba el canto coral en público y la guitarra clásica en privado), la historia, la arquitectura, la antropología, la neurobiología, la astronomía, la geología, la buena mesa, el cine, o el golf. Lector voraz, era un placer conversar con él ya que siempre tenía un enfoque inteligente y juicioso sobre cualquier tema, tanto científico como mundano, además de un agudo sentido del humor.

Tras su jubilación oficial en 2013 siguió participando como ad Honorem en la investigación del LFdM, y permaneció activo hasta el final, cuando el ingreso hospitalario le impidió terminar el último manuscrito que tenía entre manos. Nos dejó el pasado 21 de mayo.

Los que tuvimos la suerte de trabajar con él siempre recordaremos su gran conocimiento y su entusiasmo por la ciencia, que eran fuente constante de inspiración. Descanse en paz.

Grupo de Fluidodinámica Molecular, IEM-CSIC